Nuestros queridos basureros

Y este qué? te echa el pajarote?

Mario

Abarrotes Judith

Cuando creemos que nada más puede sorprendernos, la vida cotidiana se rie de nosotros.
Y sí: Ciudad Juárez, la ciudad de las últimas cosas.

La Jornada 9-11

Más de dos mil muertes en este año y no se ve el límite

Villamelones sociales

Meterse en terrenos políticos en un blog no dedicado a eso, es algo espinoso. Lo sé. Lo es porque la subjetividad de la que nunca nos libraremos (al contrario de lo que piden y vociferan varios frecuentemente) nos hace (siempre) ver, apreciar y asimilar los hechos de una particular manera y esto no siempre es considerado por los lectores o la gente en general, que a veces se precipitan, casi en seguida, hacia la descalificación. En ocasiones confunde el hecho de que existan coincidencias con otras personas sobre la percepción particular que se tiene sobre un hecho; pero se cae en un error bastante cansado cuando se piensa que la objetividad es el tesoro más preciado.

Parafraseando a Ortega y Gasset, ser de izquierda es, como ser de derecha, maneras que tienen las personas de ser idiotas.
Ojo aquí. Antes de sentirse ofendidos por la palabra, hay que acudir a la etimología de idiota, que se refiere a quien no se ocupa de los asuntos públicos sino solamente en intereses propios. En griego, idio significa propio (El mismo caso que en idioma y similar a idiosincrasia). Lo anterior parecería un poco tramposo; al fin y al cabo, ¿quién no se ocupa de los intereses propios?. El problema aquí es que en la política, esta parte debe permear de la manera más equilibrada posible.
Siempre he tenido una duda: Simpatizar con una tendencia política de izquierda ¿es parte de un "paquete" en el que se debe apoyar incondicional y religiosamente a todo sindicato o marcha?

El conflicto con luz y fuerza, y particularmente con la causa del SME me hace confirmar una idea que había surgido en otros movimientos de corte social: Varios relacionados con el peje, (sé que el peje no es algo asi que digan uuuy que social) cada año en el 2 de octubrenoseolvida, atenco y otros:

Estudio en la Facultad de Ciencias de la UNAM y ahí es bastante fácil vivir de cerca (sin ser parte, incluso) la actividad de un nutrido grupo de jóvenes que simpatizan (dicen) con causas populares y es frecuente verlos asistir a mitines o marchas relacionadas con cuestiones de esta índole (como mencioné, en la del desafuero, algunos en los plantones de reforma en 2006, actualmente en algunos mítines del PT y cada 2 de octubre religiosamente).
He sido atacado verbalmente (más de una ocasión) por parte de esta gente que se jacta de tener conciencia social. Esa misma gente que, a su vez, es tachada de revoltosa por quienes no toleran las manifestaciones o marchas de ningun tipo y que repudian tales descalificaciones.
Parece que para muchos, si no estás con el SME eres un burgués-sin-conciencia, estás con los empresarios, con el espurio, con Slim, Azcárraga, Salinas. Con los entreguistas.
Si lees algo más que La Jornada, estás siendo parte de la campaña de desinformación del gobierno, enriqueciendo a los empresarios dueños de esos periódicos, etc.

El SME llevaba décadas operando y jamás se había parado en la UNAM, ni mencionado una sola palabra sobre educación y además habían sido muy cautos con respeto a sus tendencias políticas. Ahora resulta que la lucha del SME es la lucha de todos y son recibidos como víctimas de la guerra sucia de los 70's, disfrutando de comidas y almuerzos patrocinados, al menos en el caso que vi, por el CGH de la Facultad de Ciencias.

Hace semanas, para la marcha, muchos sacaban del cajón su bandera de revolución, su tinta roja y negra, y preparaban los mismos empolvados carteles, ; aquellos que salieron con el debate de la privatización, con Atenco, con el desafuero, con la transición del 2006 cuando gritaban FRAUDE: los de La patria no se vende, se defiende; Las negras intenciones del espurio es continuar con sus planes de privatización de la industria eléctrica, Si hoy permitimos la desaparición de LyF, mañana ¡NOS QUITARÁN TODO A TODOS! y otras muchas.

Por esas fechas, en una plática con alguien, me atreví a poner en duda sinceridad de las causas de la gente que sigue al SME (no de los trabajadores, sino de los seguidores externos).
Sin éxito, intentaba explicar por qué era que me parecía que hay gente que sólo va y engrosa los mítines, que clama consignas que nunca termina por comprender y se siente en revolución permanente cuando tiene la oportunidad de manifestarse por cualquier cosa.
La respuesta fue violenta, de desagrado y sorpresa: fui tachado de burgués panista. Una furia colérica me acusó de estar influenciado por los medios de comunicación PANISTAS (¿Cuáles son esos?) que doblan las manitas a intereses del espurio, y después de cinco minutos de juicios-revolucionarios, la "charla" concluyó con un certero y solemne: Sé parte de la historia, Manuel; es fundamental asistir a esas marchas

Ahí comprendí por lo menos a esa persona. El objetivo no es luchar por algo en lo que creemos, no es formar una opinión crítica en torno a algo, leer las distintas vertientes del caso y actuar, en caso de creerlo necesario, en contra o a favor de una causa. No: Es asumir como verdad las razones de cualquier movimiento social y simplemente ser parte de éste. Qué importa si estamos de acuerdo o no, o qué importa si sabemos lo que sucede, el caso es ser parte. Si estás en desacuerdo con ellos, estás en contra de ellos y te callan a gritos e insultos. El debate es imposible, pero eso sí; quieren que los escuchen.

El martes se va a discutir la propuesta de un paro general para el miércoles 11. Al parecer se aprobará.
Los amantes de la "lucha social" (la que ellos creen) estarán satisfechos con el paro; seguirán, tal vez, acudiendo a cuantacosa se relacione con el movimiento de SME y se sentirán orgullosos, años o meses después, de decir que ellos fueron parte del movimiento. Aunque el movimiento sea como una cucaracha sin cabeza: muerta pero moviéndose.
Guardarán sus banderas, su tinta roja y negra, sus carteles; guardarán para otra ocasión sus gritos de BURGUÉS ENTREGUISTA. Tal vez para el próximo dos de octubre, cuando salgan y repitan consignas sobre Atenco y varias cosas que no tienen absolutamente nada que ver con Tlatelolco 68. Entonces le pondrán play al cassette, y clamarán las mismas consignas.

Por lo pronto, llegarán a sus casas, disfrutarán de su televisión por cable, navegarán en internet y tal vez se plantearán la posibilidad de comprar otro celular.
Todos unos villamelones

Échate un vinito, Roman

Roman Abramovich; sí, aquel ruso que durante la Eurocopa 2004 en Portugal estacionó su yate en el río Duero y de quien en el 2007 se dijo que había adquirido el castillo de Drácula en Rumania (no es broma), es uno de los dueños de equipos de fútbol más prósperos de la escena mundial. Y no sólo eso, sus millones provienen en gran medida de la industria del petróleo con su existosa Sibneft que ahora es parte de Gazprom (los que vean futbol la recordaran anunciada en la playera del Schalke 04 y en la del Zenit de San Petersburgo).


Pues como sería común suponer, el ruso se la pasa viajando por el mundo y asistiendo a eventos públicos. Nada raro.

La semana pasada se filtró por internet una nota en la que se mostraba la cuenta de una "cenita" del magnate en Nueva York.
En realidad es una calamidad; tal vez es algo personal pero en realidad no puedo concebir cómo se puede gastar tanto dinero en comida. Si cuando dijeron que Carstens gasta 3000 pesos en comida diariamente me sentí indignadísimo, ahora al leer esto es algo que no puedo imaginar.



Yo aqui con la disyuntiva de ponerle 30 o 50 varos de saldo a mi cel y aquel wey tomando vino de más de 50mil pesos.

Y además, 7000 dólares de propina.

¿Crisis? ¿Cuál? Este es un mundo alterno

Como dice el vagabundo de Naranja mecánica: can you spare some cutter me brothers?

El masculator

My baby's got the bends

Para los que creerían leer un post sobre gran canción de Radiohead, o sobre el excelente disco de ese grupo, lamento decepcionarlos. Por el contrario, escribiré sobre el origen de esos títulos, que para quienes bucean, no es precisamente algo tan grato.

El buceo se ha popularizado bastante desde los años en los que Jacques Cousteau y Emile Gagnon desarrollaron un tanque de aire portátil con regulador por ahi de los 40's, para sumergirse a grandes profundidades. Actualmente existen alrededor de 5 millones de buzos en el mundo con una gran variedad de actividades que van desde cuestiones militares, industria, hasta ciencia y turismo.

Respirar gas bajo la presión que representa el agua a ciertas profundidades no es algo que deba tomarse a la ligera. En ocasiones genera problemas médicos realmente importantes.

Uno de esos problemas es la enfermedad de la descompresión, o The Bends, que le ocurre a aquellos que respiran nitrógeno u otros gases bajo presión y cuyo cuerpo no alcanza a metabolizarlo.

Inicialmente los médicos describían este desajuste metabólico como propio de constructores de pozos de cimentacion (para construir pilares de soporte de puentes en los ríos u otros terrenos) debido a que en ciertas condiciones, los trabajadores bajan en cámaras cerradas a grandes profundidades y por lo tanto presiones, pero mientras el buceó adquirió popularidad, se dieron cuenta que también le pasaba a aquellos que lo practicaban.

Lo que sucede es que la presión que ejerce el nitrógeno dentro del tanque del buzo aumenta mientras éste desciende (Por cada 10 metros aproximadamente, la presión aumenta casi un Kg. por cm cuadrado). Como la presión debido al nitrógeno aumenta, mientras esto ocurre, nuestro cuerpo recibe cada vez más nitrógeno que se disuelve en nuestros tejidos (la sangre principalmente), pero la complicación aqui es que, a diferencia del oxígeno, el nitrógeno metabolizado de la misma forma por cuerpo y sólo se almacena cuando alcanza tales cantidades.

Para que quede más claro, imagínense una botella de refresco: El líquido tiene disuelto gas, pero mientras la botella está cerrada no lo vemos porque la botella está cerrada a presión. Una vez que la abrimos, la presión de la botella se libera (disminuye hasta igualarse con la presión atmosférica) y como es menor que la presión ambiental; el gas sube en forma de burbujas.

Un buzo que sube a la superficie rápidamente equivale a abrir la botella; mientras sube, la presión debido al nitrógeno disminuye, entonces toda la cantidad de gas en nuestros tejidos tiende a salir y, literalmente como si fuéramos el líquido del refresco, se forman burbujas en nosotros. El peligro aquí depende de los órganos en los que se haya almacenado el gas y de la velocidad con la que salimos del agua.

Pero, ¿Qué les pasa a los enfermos de The Bends?

Dolor en articulaciones de brazos y piernas, dolor de cabeza, cuello y pecho
Comezón en la piel
Incapacidad de orinar
Debilidad en ciertas partes del cuerpo y adormecimiento

Pues bueno, como ven, no la pasarán nada bien y por lo general necesitaran estar en reposo varias horas o dias en una cámara hiperbárica para estabilizarlos.

Tambien pasan cosas no tan intensas cuando eres un principiante del buceo. Una de ellas se asocia con este desequilibrio de gases pero lo que sucede es que al salir estás pedísimo (si, como si hubieras tomado alcohol); todo por la mala regulación de aire y profundidad.
No por nada existen estas cosas que te enseñan mientras tomas clases de buceo:


Si quieren bucear, no se quieran hacer los buzos a la primera, hay que saberle.


Y escuchen The Bends... es un discazo

Hay que saberle...

Chacarera de Santiago... De Chile (Parte 1)

Santiago sorprende. Fue hace ya tiempo (tres años) y recién lo estoy digiriendo, al parecer.

Para llegar a Chile, de acá sales en el verano caluroso y llegas al frío andino después de un viaje mata-piernas, que termina siendo bastante llevadero entre que llenas promesas legales de que no introduces especies exóticas o cosas raras a Chile y te ofrecen vino de ese que, dicen los que saben, es de los mejores de América.

Una ciudad donde el metro en la noche es más caro que en el día; sus boletos son del tamaño de una tarjeta de crédito y tienen promociones, impresas en ellos, para comer en restaurantes de comida rápida (sí sí, de esos que los amantes del activismo y lucha social tildan de “cerdos imperialistas”). Al entrar tienes que esperar (lo digo porque me costó varios viajes captarlo) a que la maquinita de los boletos te imprima la fecha y hora de tu viaje para después regresártelo; al pensarlo es bastante obvio: si tienen promociones, sería ilógico que no pudieras conservar tu boleto. Los desafortunados usuarios que llegaron a ver mi síndrome de viajero tarado, aguantaron muy bien la risa e incluso me explicaron, después de disfrutar el espectáculo del turista y la puerta de acceso, claro.

Los policías son carabineros y el frío del verano santiagueño es diferente, un poco más montañés.

¿Allá sí los respetarán?, por lo menos ya tienen su monumento

Santiago sorprende porque, para un chilango apegado a las dogmáticas concepciones de que vivimos en la ciudad más poblada y contaminada del mundo, conflictúa ver cómo otro sitio puede tener una cortina de humo y porquería tan densa. Y da un sentimiento raro, como de pertenencia.


Con un frío de esos que hacen a la gente vestir gabardinas largas y bufandas, me invitaban un chocognac, y me explicaban cómo era que, debido a que Santiago era un hoyo (como si no supiera lo que es un valle), el smog no salía de la ciudad y los obligaba, desde tiempos inmemoriales, a vivir con un plan permanente de contingencia.

Subíamos un cerro, y yo la verdad menosprecié, pero era evidente que me llevaban a un lugar del que se sentían orgullosos y por lo tanto “algo tendría que tener”. Subíamos, subíamos y subíamos, hacia más frio, caía un aguanieve inédita en mi vida y yo me distraía con los árboles sin hojas que había alrededor.

Después de media hora de caminata, volteé al frente y conocí el blanco. Nieve había visto ya en nuestro nevado de Toluca, la mujer dormida, y hace varios años en el Ajusco. Pero ni esas llegaron a ofrecerme una vista cordillera como los Andes (y nunca lo harían, en realidad, porque no son cordilleras). Es impactante el contraste, que ni en la mejor foto con la mejor cámara ni la mejor iluminación pueden registrar. Levantar la cara y ver ese color, luego voltear y seguirlo viendo hasta que ya no da la vista, es algo para recordar. Después del shock, me fijé en los detalles: una escena con el cielo de un azul que tenía días sin ver, abajo el impactante blanco de los Andes y debajo de eso la nata de la ciudad (por algo no había visto el azul del cielo).

Arriba Andes y nieve, abajo smog denso denso.

Bajando, después de ver de lejos la contaminación, la nieve de los andes y probar la mezcla de chocolate caliente con cognac, conocí el barrio de San Carlos de Apoquindo, famoso por ser de los de familias más adineradas de Santiago, con la Universidad Católica llena de pintas de Alto al cruel ensayo con animales y, de nuevo, con nubes bajas mezcladas de contaminación y el frío de Santiago.

Bastante pintoresco, lástima que soy un pésimo fotógrafo.



Ah, y el título, como alguna canción de Les Luthiers. Aunque ellos hablaban de Santiago del Estero. Pero poco me importó, como se puede ver.

Pronto la parte 2

El código de barras biológico.

Y resulta que en Yucatán trabajan para ser parte del proyecto del código de barras biológico del mundo. Esto es, pues literalmente un código de barras, que pretende recopilar informacion de la biodiversidad del mundo para tener un acervo de ADN de la mayor cantidad posible de seres vivos.
Cada bicho tendra su clave y cuando la metan a una base de datos, la máquina arrojará la información de su biología.
La cuestión aquí es que se enfocarán principalmente en los animales. Lo que dicen es que por la genética de las plantas y los hongos es difícil hacerlo porque sus genes tienen un ritmo de cambio mayor que en la fauna (Lo cual es cierto, pero no hace imposible aun asi, el trabajo)

también considera las plantas y hongos, aunque muchas de éstas formas de vida tienen diversos genes que cambian, se modifican constantemente y pueden dar señalamientos erróneos, por lo que de alguna manera, los trabajos empiezan a avanzar más rápido en el caso de la fauna.

Pobres plantas, ¿Por qué casi nadie en la calle dice "Nooo que no se extingan las orquideas" en vez de (o además de) sufrir porque a los pobres "ositos" polares les quedan poco mas de veinte años?
Aunque tengo que admitir que yo también veria medio extraño a una persona que se conmueva tanto con una planta como al ver un oso bebe o algo de eso.
De cualquier manera, háganles más caso, no sean así.

acá la nota